viernes, 24 de junio de 2011

Río Chíllar en Nerja

  El miércoles pasado caminamos por el agua en el río Chíllar. 
La luz de la mañana, el agua clara, las formas hijas del tiempo.
  El sonido, la quietud, el movimiento incesante, la fresca umbría.




  Pies mojados, corazón acelerado, belleza natural simple y sobrecogedora.


  Cuando sentimos que el tiempo es oro y admitimos que es el oro el que levanta las catedrales, definimos de un modo impecable el valor de una catedral natural como ésta que el río labró en mármol.

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